Demonios blancos

Demonios blancos / Víctor M.M.


Nota del autor

Espero que me perdones, querido lector. Este volumen es el primero de la trilogía Señores del Caos que empecé hace mucho tiempo, cuando todavía era joven e insensato. Significa eso que, a día de hoy, cambiaría muchas cosas. Ya se sabe: el tono de algunas frases, profundizar en algunos personajes, situaciones y cosas así. Lo voy a hacer en parte, aunque estoy seguro de que el texto no cambiará hasta el punto en que parezca que lo escribí a día de hoy. No pretendo, pues, hacer ni mucho menos una reescritura porque, además de que soy demasiado vago para ello, perdería la esencia de la obra escrita en un momento muy particular de mi vida.

Si sabes lo que es sedice.com o me conoces de otros lares similares, cuando empieces a leer caerás en la cuenta rápidamente de dónde viene mi sobrenombre. En efecto, la historia arranca con el joven Endegal, pero no caigas en el error de verme reflejado en él más que en otros personajes, pues casi todos ellos tienen una buena parte de mí. Además, aunque pueda parecer evidente que Endegal es el protagonista de la historia, poco a poco otros van ganando peso específico y apostaría a que más de uno se decantará por otros como sus preferidos o como verdaderos protagonistas. A mí, al menos, así me ocurre, porque no tarda mucho en convertirse en una novela coral y el lector puede identificarse con cualquiera de ellos.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

En cuanto a la licencia Creative Commons que impera en mis dominios (y subdominios, valga el chiste) y que aparece al pie, quisiera explicar en qué consiste. Básicamente se trata de que puedes distribuir mis escritos sin necesidad de pedirme permiso. Puedes, incluso, publicarlos y hacerte rico a mi costa. El único requisito es que, evidentemente, no puedes atribuirte la autoría y debes reconocer que el autor soy yo (¡faltaría más!).

Ahora mismo, aparte de remodelar alguna frase o pasaje, tengo todavía que repasar formatos de texto, cursivas y similares que se han perdido al pasar del procesador de textos hasta este formato web, y la verdad es que quería ponerme a ello en cuanto acabara de escribir estas líneas, pero mi yo del futuro me acaba de anunciar que mi tiempo va a disminuir todavía más en breve y es posible que esta tarea se demore un poco :(

Volviendo al origen de todo esto, como dije, Demonios Blancos se remonta a los albores de mis andaduras de juntaletras. Poco después abarqué la escritura del segundo libro La Purificadora de Almas y el proyecto quedó aparcado ahí durante demasiado tiempo. La vida da muchas vueltas y, como escribir un libro lleva su tiempo, llega un momento en el que sencillamente te dedicas a otras cosas o te apetece más escribir otro tipo de historias.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

Por suerte, recientemente me dio por releer estos dos volúmenes y me entró de nuevo el gusanillo. Cuando pasan los años y un autor se reencuentra con una de sus obras primerizas inconclusas, le asaltan las dudas, porque aunque sabe que le sigue gustando aquello, no lo encuentra lo suficientemente sofisticado o a la altura de lo que escribiría ahora. En efecto, uno no escribe como hace veinte años, y mostrar hoy los pasajes de antaño con remiendos del presente puede quedar un poco extraño. Terminar con el estilo de hoy lo que empezó con el estilo de entonces parece mala cosa. Se plantea uno reescribirlo todo para que la nueva historia sea homogénea y con el estilo que hoy le convence y que es con el que más agusto está. Pero eso conlleva inevitablemente dos problemas: el primero, el tiempo. Emprender una tarea de esa magnitud requiere mucho tiempo y esfuerzo. El segundo problema es que, de algún modo, estaría traicionando al Víctor del pasado, ése que se emocionaba con cada frase escrita y con cada espadazo. ¿Acaso otros no se emocionarán igual ahora, si incluso ahora me sube la bilirrubina en según qué pasajes igual que entonces?

Tendemos a pensar que los libros son buenos o malos, mejores o peores en términos absolutos, y que, para colmo, el rasero es el que impone nuestro yo actual que siempre es más sabio que nuestro yo del pasado y seguramente más sabio que los yoes de los demás. Craso error. Aunque en efecto existen obras maestras y bodrios infumables, al final un buen libro es aquel que te hace disfrutar de su lectura, da igual que tengas 14 años que 70 y las carreras universitarias que puedas o no llevar a tus espaldas.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

Es verdad que yo ahora hubiera tomado otro punto de partida más arriesgado e imaginativo y no me hubiera preocupado tanto por ir midiendo la cantidad de las escenas de acción, ni haciendo las luchas tan "cinematográficas". Ni explicando lo evidente. Pero quitando eso, tampoco escribo tan distinto.

Así que al final desenvainé la espada de escritor de nuevo para acabar esta historia sin reescribirla. Porque sí. Porque la alternativa era no acabarla, y eso sí que le jodería al Víctor del pasado, que tanta ilusión y horas le había dedicado. También fastidiaría sobremanera a los personajes, que ya bastante habían aguantado congelados en ese limbo temporal del parón creativo de su autor. Porque de vez en cuando notaba sus frías miradas acusadoras. ¿Acaso ya no te importamos?, decían.
Porque la historia, en su base sencilla, tenía algo que me seguía enganchando y sólo si escribía La Hermandad del Caos y terminaba con la trilogía tendría entonces el conjunto de la obra un sentido pleno y satisfactorio. Esto es así no sólo por el placer personal de terminar un proyecto relativamente grande sino también porque ese último libro explica el porqué de las cosas, los verdaderos orígenes que en los libros anteriores apenas se vislumbran de manera borrosa y desdibujada.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

No podía dejar que alguien se leyera las dos primeras partes sin tener acceso a la historia completa que tenía en la cabeza y mucho menos podía dejar que todo cayera en el pozo del olvido. Así que por fin ya tengo la trilogía terminada y ya la puedes leer gratuitamente. Aún así aviso: los tres libros necesitan todavía un repasito. De ahí mi llamada al perdón al poner ante tus ojos lo que estimo una obra que le quedan cositas por pulir.

No me resisto, sin embargo, a publicar lo que tengo a día de hoy en esta especie de libroweb que acabo de montar, pues la emoción me embarga tanto como si la publicación fuera en papel. Escribir para mí es una afición emocionante e intensa, aunque no deja de ser una afición. Mi verdadero trabajo es hacer webs, por lo que montar esta plataforma y plasmar mis escritos así resulta tan satisfactorio, o quizás más, que verlo salir de una imprenta, pues todo el proceso nace de mí, desde el texto, la maquetación, el formato final de presentación y la tecnología subyacente en todo esto. El otro actor que interviene en el proceso eres tú, lector, por lo que esto es un intercambio entre creador y lector, sin más intermediarios.

Al final, he decidido abandonar el procesador de textos y escribir directamente en formato web, siendo éste, a partir de ahora, el manuscrito original del que derivarán, si fuera el caso, otros formatos. Tras mucho pensarlo, he concluido que el pseudoformato HTML en el que escribo es el más convertible a otros sin demasiado esfuerzo. Para postres, estimo que en este formato virtual el libro es una obra viva que irá variando continuamente (espero que a mejor). Incluso esta nota del autor cambiará a medida que lo crea necesario si va quedando obsoleta. Lejos de ser un inconveniente, diría que esto es maravilloso.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.


Bueno, entremos en harina que bastante me he enrollado ya en banalidades. El libro que tienes entre manos virtuales podría encuadrarse fácilmente dentro de lo que se suele llamar "fantasía épica". Sé que esta definición puede echar para atrás a más de un lector que espera leer "fantasía adulta" o, más bien dicho, una obra que no sea un refrito tolkinieano / dragonlanceano, más todavía si me conoce y sabe que siempre me gusta buscarle una vuelta de tuerca a los escritos que los aleje de lo tópico. Pero prefiero poner las cartas sobre la mesa y las cartas son éstas:

La trilogía empieza siendo una fantasía épica al uso (aunque con poca magia, casi nula al principio) y poco a poco va derivando en una literatura más oscura y cruda, más al estilo "fantasía adulta" y con algunos giros o enfoques que considero interesantes en el género. Por tanto, estimo que el conjunto de la obra es idóneo para aquel lector de fantasía juvenil que quiera adentrarse en caminos más atípicos de lo que está acostumbrado, pues le será fácil empezar en un entorno más o menos conocido en el que, gradualmente, pueda infiltrarse en otros territorios más abruptos, pero para nada complejos.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

Si eres un lector curtido en estas lides te estarás preguntando si merece la pena leerte tres libros para saber si el conjunto de la obra te puede ser satisfactorio. Me gustaría darte una respuesta clara, pero por desgracia (y por suerte) cada lector es un mundo y, como suele decirse, para gustos colores. Aún así voy a darte unas indicaciones sencillas para que no pierdas el tiempo en lo que no te interese leer, pues nada me fastidia más que perder el tiempo leyendo algo que no me aporta nada, mucho más si otro pierde el tiempo por mi culpa.

Siempre me he preguntado si los libros podrían funcionar por separado. Es decir, que aún siguiendo los tres libros los parámetros clásicos de los tres actos (presentación, nudo y desenlace), considerar qué pasaría si obviamos la introducción y pasamos directamente al meollo de la cuestión. A fin de cuentas, no son pocos los libros que suelen empezar "con la historia ya empezada", dejando que el lector vaya recomponiendo a pedazos ese pasado no escrito a medida que avanza la historia. En ese aspecto, mi infancia está repleta de lecturas de cómics sueltos de Spiderman y disfrutaba los tebeos aún sin tenerlos correlativos. No necesité leer todo lo publicado desde el número uno para aficionarme rápidamente a las andaduras del trepamuros. ¿Lo hace alguien?

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

Concretando, aconsejo que si empiezas con Demonios Blancos y te parece estar leyendo "más de lo mismo", te recomiendo que pruebes directamente con el segundo libro La Purificadora de Almas. Si aún así te parece el tema demasiado trillado (espero que no), lánzate a por La Hermandad del Caos, donde estoy convencido que te deparará alguna que otra agradable sorpresa. Si aún con ésas el tercer libro tampoco te convence y lo que estás buscando realmente son textos más originales y atrevidos, te invito a leer El misterio de la oficina caoba u otros textos que espero colgar por aquí en breve en los que destaca más la parte creativa de la aventura ésta de escribir.

Volviendo a Señores del caos, he de decir que hubiera sido fácil haberme inventado otras palabras para mencionar a los orcos, los elfos, los enanos o los huargos (por nombrar algunos), y con eso parecería que la obra es más original de lo que realmente es. Pero no escribí esta historia para que fuese o pareciese original, sino para narrar una aventura como tantas otras, en las que existe un conflicto en el que los personajes tendrán que viajar, luchar y adaptarse al nuevo entorno para sobrevivir y salvar aquello que aman, espero que con acierto. Hay seres de mi invención, claro, cada vez más a medida que avanza la narración en los subsiguientes libros, pero la mayoría del bestiario es ampliamente conocido y, en cuanto a sus sus características, diría que he elegido de entre todas las posibles las que resultan más populares a día de hoy. Vamos, que en eso no me he calentado mucho la cabeza.

. Nota del autor

Demonios blancos / Víctor M.M.

Mención aparte requieren los elfos y medianos, pues físicamente podría afirmar que "los míos" se parecen más a los genuinos de Tolkien que a los que se han representado últimamente en ciertos libros, cómics y películas. Me refiero, entre otras cosas, a la falta de punta en sus orejas. Esas orejas puntiagudas que tan bien les sienta a efectos estéticos y que acentúan claramente su carácter fantástico, ésas, aquí no existen. Tolkien nunca las mencionó, que yo sepa, y "mis elfos y medianos" van más por esa línea.

Así pues, sí eres de los que piensan que los elfos tienen que tener oligatoriamente las orejas puntiagudas, o que no se puede narrar una historia medianamente interesante partiendo de los mimbres de la fantasía épica porque lo suyo es crearse un mundo propio desde cero (o como se llama ahora world building), mejor no te embarques en la lectura de este libro, pues el tiempo es oro y leer nos supone una buena parte de él.

Si, por otra parte, tras este rollo todavía te animas a leer este libro, espero que lo disfrutes tanto como yo al escribirlo. Aunque he dedicado muchas líneas a decirte algo así como "yo ya no escribiría esto", no te engañes: me encanta este libro y cómo se ha cerrado la trilogía y estoy convencido de que encantará a otros. ¿Serás tú uno de ellos? ¡Espero que sí!

. Nota del autor

“Demonios blancos” y la portada del presente libro son obra de Víctor Martínez Martí y se encuentran bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.
Para ver una copia de esta licencia, visita http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/.

By Víctor Martínez Martí @endegal